Un legado que trasciende generaciones
Con la convicción de que Dios es un Dios generacional, que piensa en nuestros hijos y en los hijos de nuestros hijos, nació la Misión Humanitaria “Legado” 2025 de Conviventia en La Guajira. Inspirada en el Salmo 78:4, esta misión recordó que el verdadero legado no es solo una memoria, sino una herencia viva que se transmite sembrando fe, esperanza y obediencia en las comunidades más necesitadas.
Durante esta brigada, voluntarios y misioneros nacionales e internacionales transformaron su amor en acciones concretas, demostrando que el servicio no tiene fronteras. La jornada también rindió homenaje al misionero Víctor González, recordado por su amor profundo y entrega hacia La Guajira.
La Guajira: servir donde otros no llegan
En septiembre de 2025, el equipo de Conviventia realizó cinco días de servicio en comunidades de Uribia, Manaure y Riohacha: Sawachimana, Cannan, Nueva Esperanza, Jayasarain y Nazareth.
El recorrido implicó atravesar caminos difíciles y zonas afectadas por lluvias, reflejo de los desafíos diarios que viven las familias guajiras. Aun así, el propósito permaneció firme: llevar la Palabra de Dios y ayuda integral a quienes más lo necesitan, expresando el amor de Cristo a través del servicio.
Atención integral para cuerpo y alma
La misión brindó atención médica en especialidades como medicina general, interna, pediatría, neumología, gastroenterología, infectología y nefrología, además de evaluaciones de crecimiento, desarrollo y salud visual. Se entregaron medicamentos, dispositivos ortopédicos y suplementos nutricionales para combatir la desnutrición infantil.
El equipo de psicología y trabajo social ofreció acompañamiento emocional y talleres familiares sobre propósito de vida, vínculos afectivos y comunicación, promoviendo la dignidad y el valor de cada persona como hijo de Dios.
En coordinación con iglesias locales, el sector salud y las instituciones educativas, se fortalecieron redes de apoyo comunitario para garantizar la continuidad de los procesos y la sostenibilidad del impacto.















Amor que se traduce en acción
Durante la misión se distribuyeron Biblias, materiales bíblicos, alimentos, ropa, calzado, artículos de higiene y juguetes. Cada entrega fue una oportunidad para sembrar esperanza y aliviar las cargas de familias en extrema vulnerabilidad.
El apoyo logístico del Ejército Nacional y la Policía Nacional fue clave para la seguridad y el desarrollo de las actividades, incluso ofreciendo servicios adicionales como cortes de cabello para los niños.
Historias que inspiran
Jennifer González, habitante de Sawachimana, compartió entre lágrimas que la atención médica y dental que recibió fue una respuesta a sus oraciones:
“Más que la ayuda material, lo que más me marcó fue sentir la presencia de Dios. Las oraciones y la Palabra que compartieron tocaron mi corazón y me recordaron que Él nunca nos abandona.”
Rosa Méndez, de Jayasarain, también vivió un momento de esperanza:
“Recibí un caminador que me devolvió la independencia. Pero lo más valioso fue la oración y el mensaje que me recordaron que mi vida está en manos del Señor.”
Por su parte, Yumeidys Bermúdez, de Nueva Esperanza (Riohacha), expresó:
“Nuestra zona vive mucha inseguridad y pobreza. La llegada de la brigada fue una luz en medio de la oscuridad. Sentí el amor de Dios a través de cada persona que nos ayudó.”
Un legado de fe y transformación
La Misión Humanitaria Legado 2025 atendió a más de 1.800 personas, dejando huellas de amor, sanidad y restauración en los corazones de cientos de familias.
Conviventia continúa su compromiso de llevar esperanza integral a las regiones más olvidadas del país, trabajando por la transformación sostenible de las comunidades a través del servicio, la fe y el amor de Cristo.