La Biblia no solo es el libro más leído de todos los tiempos; es también el texto que más ha influido en la formación moral, cultural y social de la humanidad.

Fundamento moral y ético

Desde los Diez Mandamientos hasta las enseñanzas de Jesús, la Biblia estableció principios que moldearon las leyes, la justicia y la convivencia humana. Conceptos como la dignidad de toda persona, la identidad, la verdad y la compasión tienen raíces en la cosmovisión bíblica.

Impulso a la educación y alfabetización

Históricamente, el deseo de leer la Biblia fue uno de los grandes motores del alfabetismo. Reformadores como Lutero impulsaron la traducción de las Escrituras al idioma del pueblo, lo que no solo fortaleció la fe, sino que democratizó el conocimiento y promovió la educación universal.

Inspiración para el cambio social

Movimientos abolicionistas, de derechos civiles y de asistencia humanitaria se han inspirado en los principios bíblicos del amor al prójimo y la defensa de los oprimidos. Líderes como Martin Luther King Jr., William Wilberforce y Teresa de Calcuta actuaron movidos por la convicción de una fe viva basada en las Escrituras.

Esperanza y transformación personal

En cada generación, la Biblia ha sido un faro de esperanza en medio de la adversidad. Sus palabras consuelan al afligido, fortalecen a las familias y transforman corazones. En contextos de pobreza, violencia y vulnerabilidad, su mensaje ha restaurado la dignidad y ha inspirado reconciliación.

Guía para el desarrollo integral

La visión bíblica del ser humano —como creación de Dios, con propósito y valor— fundamenta toda acción social con sentido de justicia y servicio. Por eso, en Conviventia creemos que el verdadero desarrollo no solo es económico, sino también espiritual, moral y comunitario.

La Biblia no es un libro del pasado. Es una guía viva que sigue formando líderes, familias y comunidades que reflejan el amor y la justicia de Dios en nuestro tiempo.

En este Mes de la Biblia, recordamos que transformar vidas comienza con la Palabra.